lunes, 20 de febrero de 2012

CAPITULO 3

La tarde de compras había sido un éxito y las chicas volvían al hotel cargadas de bolsas de colores. En el comedor, les esperaban los chicos junto con Tori, Blake y Alina, impacientes por empezar a cenar, aunque Jordan iba comiendo colines de pan mientras esperaba.
- Ya estamos aquí- dijo Celia.
- Ya era hora, teníamos un hambre...- dijo Mark- ¡Camarero!
- ¿Dónde está Harley?- preguntó Megan. Silvia le dio un codazo.
- Todavía no ha llegado- dijo Nathan, que se sentó con Paige.- ¿Qué tal las compras?
- Je, je... je, je, je, je, je... Ejem- Paige soltó una risa tonta.
- Bueno, da igual. Nosotros pedimos y que Harley cene cuando venga- dijo Jordan mirando la carta.
- Yo no tengo hambre... Me voy a dormir, buenas noches a todos.- dijo Belle levantándose.
- Espera, Belle.- dijo Paige mientras se levantaba y la seguía.
- Espera Paige, vamos a hablar un poco más- dijo Nathan decepcionado.
- Belle... Maldito Paolo- susurró Megan mientras hacía lo mismo que Paige y salía del comedor.
Las dos chicas siguieron a Belle escaleras arriba hasta su cuarto.
- Belle, ¿podemos pasar?- preguntó Paige.
No hubo respuesta.
- Belle, ¿estás así por ese chico?- Megan se sentó en la cama junto a su amiga.
- Es que...- Belle comenzó a llorar.
- Nos lo puedes contar...- le dijo Paige.
- Es que, hace un año, cuando yo todavía vivía en Italia, éramos novios. Y entonces, Paolo me engañó con otra.
- Será cerdo...- dijo Megan.
- Mira Belle, ese chaval no se merece que llores por él.- comentó Paige.
- Ya sé que es un cerdo... pero yo sigo queriéndole...
- Genial...- musitó Megan levantándose de la cama.
***
La cena acabó rápido, todos estaban preocupados por Belle, aunque ni ella ni las otras dos bajaron al comedor.
Así que todos y todas decidieron ir a sus respectivas habitaciones. Los cuartos tenían tres camas cada uno, por lo que todos se dividieron para irse a dormir.
En la habitación de Belle dormían Paige y Blake. Megan se despidió de la italiana y le dijo que no se preocupara por Paolo, que ella lo arreglaría todo al día siguiente.
Megan se fue a su habitación. Con ella dormían Tori y Leah.
- Chicas, ya estoy aquí- dijo entrando.
- Hola- saludó Tori- Por cierto, ¿todavía no ha llegado Harley?
- No, ni ha llamado...- respondió Leah poniéndose el pijama.
- Bueno, ya llegará...- Megan se cambió y se tumbó en su cama.- Buenas noches chicas.
- Buenas noches- dijeron las otras dos al unísono.
***
Rondaban las cuatro de la mañana cuando un chico alto de piel morena entraba en el hotel. El conserje del turno de noche le había abierto la puerta a regañadientes, después de haber revisado toda su documentación. Y es que aquel chico había pasado toda la noche bebiendo en los mejores bares y discotecas de la ciudad, y estaba borracho. Reconocía que se había pasado de copas. Pero tenía la suficiente cordura para poder subir las escaleras sin ayuda y encontrar la habitación que estaba buscando, aunque no fuera la suya.
Se sabía el número de memoria: 304. Le había pedido la llave al conserje fingiendo que esa era su habitación. Había sido demasiado fácil.
Llegó, metió la llave en su sitio- tras varios intentos- y la giró para abrir la puerta.
La persiana no estaba bajada y la luz de la Luna iluminaba tenuemente las caras de las tres chicas, aunque el chico no veía muy bien.
- Megan- susurró el chico- ¿Puedo dormir contigo?
- ¿Quién eres?- no era Megan la qué respondía, sino Tori, pero en susurros era difícil distinguir las voces.
- Harley.
- Sí, ven. Estoy en la cama junto a la ventana- Tori sonrió nerviosa.
- Vale, ya voy...- Harley se tambaleó por la habitación, pero llegó a la cama de Tori y se tumbó, rodeando su cintura con el brazo.
- Te quiero Megan- susurró en chico antes de dormirse.
- Y yo a ti Harley- dijo Tori hundiéndose en su abrazo- aunque tú no me quieras a mí.

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